lunes, 1 de octubre de 2012

Leopoldo Ayala en la UAM azc, en su Hoemanje 2012

Leopoldo Ayla lee frente a la Asamblea de Jóvnes, octubre 2012
 
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Enrique González Rojo y Leopoldo Ayala planean, y Carmen los oberva.

Enrique González Rojo habla sobre la importancia de Leopoldo Ayala
 
 

martes, 25 de septiembre de 2012

Leopoldo Ayala en la UAM. Con la presencia de Enrique González Rojo



La obra de Leopoldo Ayala es una trinchera


Por Andrés Cisneros de la Cruz
 


La poesía está en guerra, igual que la sociedad intelectual que se mantiene, firme en una lucha por transformar los cimientos de esta realidad que no sólo parece frágil, sino que lo es. Y que se encuentra resguardada por los ejércitos, no sólo belicosos de la armada, sino también por los intelectuales orgánicos que a veces con menor escrúpulo que un soldado raso, sin miramiento, aniquilan a todo aquel que ose tocar el “sagrado” espacio que defienden; el lugar áurico en donde se guardan los secretos que el poder gusta de ejercer sin discriminación sobre el sector (no diré inculto) sino desletrado. Pues el ataque más solero de esta clase es el de esconder la información, el dato, la historia real, para tergiversarla de acuerdo al perfil que quiere confeccionar en el ciudadano. ¿Podemos decir que el ciudadano desconoce entonces esa información (básica para un desarrollo integral en la sociedad) por voluntad propia? Por supuesto que no.


La poesía está en guerra. Y Leopoldo Ayala es sin duda una de sus más grandes e importantes trincheras. En donde se llevan y han llevado luchas sustanciales para que la voluntad de tantas personas se mantenga en pie; para que la verdad, y el acercamiento al laberinto, no de la soledad, sino de las sociedades, abra su puerta a todo aquel que se aventure al viaje; a todo aquel que abandoné la fastuosa apariencia del confort, para experimentar el complejo, y al mismo tiempo bello, trabajo de deconstruir el mundo. No es sólo una forma de decirlo, ni tampoco una alegoría, ni siquiera un aferrarse al pasado, a la cantidad innumerable de revoluciones postergadas que carga sobre su espalda cada uno de los mexicanos. No es sólo una metáfora para exaltar un discurso, escuchas, amantes de la verdad que se diluye en un puño. Es un hecho: estamos en guerra. Y el poeta Leopoldo Ayala es el rapsoda, el cantor de este tiempo (tiempo que para la mayoría de los poetas coetáneos a Leopoldo) ha sido indiferente, o sólo un artilugio para su retórica. Un tiempo que para ello ha quedado del otro lado de la línea, pues ellos cuentan la historia de los vencedores. Leopoldo no, Leopoldo escribe una historia que está transcurriendo, y no vencerá, no vencerá, porque es una lucha, que bien lo dijo Bertolt Brecht, que bien lo dijo Enrique González Rojo Arthur en su teoría del infinito: esta es una lucha que no sucederá, que no sucedió, sino que se encontrará infinitamente sucediendo. Sólo los que luchan toda la vida, no como un sacrificio, sino como síntoma de existencia, pueden entender esto. Para los demás es sólo una frase: un modo de volver la revolución invisible de los seres, en una broma, un bonito poema de ornato; como diría Walter Benjamin, un elemento estético con cotizará en los predios del futuro, pero no del presente, para ellos la lucha es un arte estéril. Por eso caminan del otro lado de la línea, de lado de los que vencieron, y no de lado de los que están venciéndose.

 Las batallas no son en el desierto, ni en el llano árido de la muerte. Las batallas están aquí, en el fango, en las arboledas de palabras e ideas; en la última línea de un poema, que se mantiene sólida para que cada uno de los seres que confían en ella, puedan voltear y ver un espejo, no radiante, sino oscuro, en donde puedan meter la mano para encontrar una nueva pregunta: “sencillamente decimos el grito de la belleza”, apunta Leopoldo, y anula el tiempo general para construir el tiempo vital de los múltiples ojos: “Tiempo en el que por odio ardieron la muerte: ¡Si fueras vida querrías hablar!”. Pero no lo es, y guarda silencio.
Y el silencio trastoca todo en sí mismo. Toma las guerras ajenas como propias y tergiversa los discursos, funde en él los actos para volverlos sólo una manifestación de sí mismo, ese tiempo con mayúscula es el que busca desvirtuar la guerra, y convertirla en panfleto y ocultar su propio panfleto en un discurso quieto, inmutable, en el cual nada cambia, y todo permanece perene, eterno, con un panfleto silencioso, que te dice secretamente: “no hagas nada, nada puedes hacer: anúlate, tú eres nada”. El panfleto de un dios silencioso oculto entre los versos como barrotes de tantos poetas. Ejército de poetas listos para anular el discurso y canto de la vida, para en una especie de proyección, anularlo, y volverlo sólo un murmuro, una especie de cantaleta.
Por eso Leopoldo Ayala es un poeta de palabras tan violentas y fuertes, dispuestas para enfrentar no a uno, sino a muchos, y de volverse incluso el muro en el que se apoyarán otras vidas, las palabras de otros poetas, las líneas feroces de otros vivos en latentes en poemas. “Nuestro grito no duerme por adelante, trae para que se cumpla el viento”, “el grito es poesía, y la poesía mejor tierra para abrir paso”.

No bastará que cualquiera tome por propio el discurso ajeno, para convertirlo en proclama falsa en favor de intereses distantes. Atenco, Chiapas, Tlatelolco, Aguas Blancas, cada sitio tiene su propio canto y ese no puede replicarse. Ayala es como lo dije antes, el rapsoda, que guarda en cada una de sus palabras una guerra que no es una noticia breve, ni un cuento, ni un poema siquiera: que guarda las partidas de un ajedrez, que muere y renace, en el rostro de cada uno de los hijos del pueblo. Por eso Leopoldo Ayala se mantiene en el combate furioso de un poema, y te lanza las piedras del poema para que despiertes, a ti que estás aquí, para acompañarlo en esta marcha de palabras, a ti que estás aquí para unirte a su poesía, a su grito. Y no temes estar de lado de los que no se rinde a la comodidad del día.

Por eso Leopoldo Ayala formó estos versos para nosotros:

“No es terrorista el que responde despierto aunque sea sólo una vez”
El que late al negarse. El que critica con origen su razón.
El que resiste sin vencer. El que sueña ciegamente.
El que avanza y está en pie. El que sobrevive al polvo.
El que grita con locura su tiempo. ¡No! ¡No! ¡No!
¡Entiéndalo carajo, el Pueblo del poema tampoco es un terrorista!




martes, 22 de mayo de 2012

La revuelta infinita de Leopoldo Ayala



En el Homenaje Metropolitano 2012 al poeta Leopoldo Ayala


Por Adriana Tafoya


“La violencia no proviene de las masas: en ellas es un derecho, una situación en que se las coloca, una necesidad revolucionaria, un intento —el más profundo— de romper el cerco. La violencia viene siempre del Estado, de los círculos del Poder. El Estado no es otra cosa que una forma organizada de la violencia”, José Revueltas. Noviembre de 1971, México.
Leopoldo Ayala nace en la Ciudad de México en 1939, poeta de obra vasta, que ha tenido gracias a ella diversos reconocimientos, entre estos, una de las menciones honoríficas en el Premio Olímpico de Poesía, México, 1968, junto con Horacio Espinoza Altamirano, Jaime Labastida, Raúl Leyva y Eduardo Lizalde, por mencionar algunos, convocado por la Comunidad Latinoamericana de Escritores y por Ecuador 0° 0° 0°, revista de poesía universal, dirigida por Alejandro Finisterre. Un año antes, apareció reunido con los poetas Raúl Garduño, José Carlos Becerra y Alejandro Aura, en un libro valiosísimo, Poesía joven de México, editado por Siglo XXI. Menciono esto, porque es la época al filo del movimiento del 68, que marcaría un antes y un después, no sólo para Leopoldo Ayala, sino para todo México.
Ayala es un digno exponente de la poesía, digámoslo así, épica popular revolucionaria. Junto con Efraín Huerta, Pedro Garfias, Miguel Hernández, Alberti, Lorca y León Felipe, como también Cardenal, Neruda, Benedetti, Castillo, Guillén, Vallejo y Enrique González Rojo Arthur. Poetas de gran envergadura, que han entregado su lirismo a esta épica popular, tan valiosa por su conexión con la gran problemática política de sus países. Este género poético es el mayor aliado para las comunidades, por su cercanía, su recuento, y su consigna para la conciencia civil. Este homenaje que se organiza para el poeta Leopoldo Ayala, no es en realidad un evento político, sino un homenaje a la poesía revolucionaria, porque esta es una herramienta de poder y entrega para los hombres y las mujeres de la gran patria que es la humanidad. A Leopoldo Ayala, se le ha estereotipado como un poeta de consignas y de panfletos para mítines, porque para las élites en el poder, la poesía en su sentido más purista, es para la poesía. Apenas en palabras de Eduardo Langagne (director de la Fundación para las Letras Mexicanas y uno de los formadores de los nuevos valores de la poesía nacional), cuando se le preguntó por el estado de la poesía social en un encuentro de escritores en Guadalajara, se refirió a la poesía de Leopoldo como “un cúmulo de panfletos y de protestas de bajo registro”, ya que la poesía según Langagne “debe trascender su tiempo, y no quedarse estancada en un tiempo social”. Esta percepción de Langagne, Ibán de León la deja más clara (en la revista religiosa-literaria Conspiratio) cuando apunta que la labor del poeta es, según Langagne “labor meticulosa y pulcra, se desarrolla, lo mismo que su vida, paso a paso, sin precipitaciones”, y por otra parte es el avance ilimitado del Poder Iluminador, que en versos del mismo Langagne apunta, es “la única manera de que el mundo alcance una extensión ilimitada”.
Esta percepción expansionista de Langagne nos habla claramente de porqué menosprecia lo que representa la poesía social de Leopoldo Ayala, que al contrario del bardo de Estado, no vive en la placidez, en la pulcritud del cuarto aseado por la mucama del futuro, sino que se mancha las manos con la dificultad del presente, y se involucra a fondo en la lucha del hoy desfigurado por los que quieren ocupar al pueblo (o sea, a nosotros) sólo como masa para componer un futuro prometedor, evidentemente, sólo para los mismos que lo componen (o sea, ellos). Por algo González Rojo apunta en Reflexiones sobre la poesía: “en la polémica del arte por el arte versus el arte social, mis ideas de entonces coinciden, aunque en manifestación larvaria y elemental, con las que sostengo ahora. Entonces decía, y hoy lo repito, que en general el arte por el arte le hacía falta lo social, y que al arte social le hacía falta el arte por el arte. O sea que una interpretación limitada y mezquina de la concepción del arte por el arte deshumanizaba la obra poética, la convertía en adorno, y la rebajaba al grado de mero juguete de la inteligencia y la sensibilidad. Y lo mismo con el arte social: una interpretación dogmática y vulgarmente utilitarista lo transformaba en panfleto, proclama, poesía de tesis. Aunque parezca contradictorio, estaba a favor de un arte por el arte de carácter social. Es decir: un arte realizado con gran respeto y exaltación por lo intrínsecamente artístico, pero sin inmolar el contenido y sin dejar al significante —ausente de significado— en la masturbación de un infecundo esteticismo”.
Esta reflexión de González Rojo nos deja de frente a la poesía de Leopoldo Ayala. Nos hace escucharla no sólo con la fuerza de la voz del pueblo en lucha, sino con la belleza de la poética intrínseca en la guerra minuciosa de los que resisten al embate de lo aparente. Ayala nos exalta y demuestra esta poética en Escribe un poema: “Cómo escribir no un poema sino una sucesión de líneas, cuando hay que preparar una huida, o entregar el dinero o la ropa o la comida, detrás de la esperanza (…) ¡Carajo, digo yo, cómo detener el trabajo de todo, cómo desocupar la mano y la consciencia, para poder escribir enteramente, un poema!”. Y en el poema Réquiem por la tumba de un cuerpo, Ayala nos dice: “(Una vez una mujer bella me dijo qué cómo escribí aquel grito que oyó en un poema. Yo le dije que estoy enfermo y la garganta a veces se me cierra, se supura, me ahoga, y el grito se me sale por los dedos)”. El poeta es consciente de esta reflexión sobre la poesía, su estética y su responsabilidad social. Porque la poesía es también responsabilidad social (aunque luego se olvide). A fin de cuentas, Rosario Ibarra de Piedra, sin ser poeta conoce esta lógica, cuando escribe en las primeras páginas del libro Yo acuso (obra reunida de Leopoldo Ayala): “si no fuera tan triste, me daría risa la actitud de los puristas. Ellos suelen decir que el arte debe ser eso sólo: arte límpido, puro, transparente. Se olvidan entonces de Beethoven y de Verdi, de Velázquez y de Goya. De Shakespeare y de Walt Whitman… de César Vallejo (…) en fin, de arte que sabe lo que quiere y conoce el camino a seguir para llegar a ello”.
Es por esto que no debemos olvidarnos de Leopoldo Ayala. De su poesía. Ya que su trabajo es sustancial para la épica de nuestro país, como lo fue Homero para todo Occidente. En este sentido, Ayala reasume la posibilidad de un comienzo distinto, pues hace épica de una realidad mexicana, que aunque emparentada con la historia universal en la lucha por obtener el poder, son sus protagonistas diferentes, otros, con lenguas ajenas a las del bardo griego, a las del Cid Campeador, y lo leemos en poemas dedicados al movimiento del 68, en el poema 10 de CorpusPrimera marchaNi una muerta más, por mencionar algunos de los más poderosos y conmovedores.
Imaginemos que dentro de tres siglos, un lector encuentra un libro de Leopoldo Ayala. ¿Cómo interpretará esta poesía contestataria el habitante de esos tiempos? ¿Qué significará para él, una consigna de otra época? ¿Qué nuevo significado tendrá el lenguaje, qué nueva variante en la mente del lector decodificará la palabra mitin, ohuelga, o resistencia? ¿Con qué oídos escuchará este lamento del siglo XX, siglo XXI? ¿Será grito una palabra en desuso? ¿Habrá pasado para entonces, la injusticia, de moda?
Leopoldo Ayala nos entrega una lírica social no menos estética que su épica. Y no menos conmovedora para estar en las memorias de la poesía mexicana, o encontrarse en los mil poemas mexicanos en el papel de la Revolución. Por eso el poeta Leopoldo Ayala nos recuerda en cada verso, en cada poema, que no hay postrevolución, porque la revolución nunca se acaba. 

viernes, 13 de abril de 2012

Homenaje a Leopoldo Ayala






















FESTIVAL ENCIENDE LOS FAROS 2012

CLAUSURA Programa FINAL /(entrada libre)

Viernes 13 de abril Galería y Terrraza del FARO DE ORIENTE
Exposición y venta de las publicaciones
de todos los proyectos todo el día.

11 horas: Mesas simultáneas de lectura:
Mesa I (poesía):
Jaime Velasco Luján (Colectivo Trajín), Jessica Piedras, (Strombus),
Mónica González Velázquez, (Mi Cielo Ediciones),
Corinna Talapalli, (Tlapalli Ollin),
Noemí Luna García, (Eterno Femenino Ediciones).

Mesa II (narrativa):
Manuel Velasco, (Arte-facto), Elizabeth Llanos, (Trajín),
Juan Mendoza, Rogelio Flores, (Verso Destierro)

11:45 horas: Música y poesía
JOSMAN: (Galería Urbana)

12:15 Horas: Mesas simultáneas de discusión
Mesa I: La construcción social a partir de las diferencias
Jessica Piedra (Strombus), Alberto Vargas Iturbe, (Colectivo Entrópico)
Hugo de Mendoza, (Golem Ediciones),
Jorge Contreras, (Los Ablusionistas)

Mesa II: Presentación del proyecto Va de nuez (Guadalajara)

13 Horas: Presentación de narrativa
Mesa I: Libro de de Lorenzo León Diez, Cuentos infieles.
Presenta: Rogelio Flores y Juan Mendoza. Modera: Arturo Neria.

Mesa II: Presentación del Colectivo Adict@s a la poesía. (Xalapa, Veracruz)
Antologías: Mar de amores, Memoria I, y libro individual.
Presenta: Isis Samaniego. Modera: Blanca Esther Manjarrez.

14 Horas: Presentación de libro y mesa de discusión
Mesa I
Presentación de Nocturno con ánima, de Pedro Emiliano.
Comenta: Andres Cardo, José Manuel Ruiz Regil y Víctor M Muñoz.

Mesa II Mesa de discusión:
¿Hace falta imprimir los libros para leerlos?
Mónica González Velázquez, (Mi Cielo Ediciones)
Raymundo Manzanárez, (La hoja de RayM)
Horacio Romero, (Ediciones El Aduanero)
15 Horas: Receso
15:30 Horas: en el Foro
Las flores del colibrí, de Tonatiuh Mercado. EnsamBLA2PoetaR, recital de poesía multidisciplinaria. Mariana Reyes: Live Cinema, Jaime Reynoso: Bajo eléctrico, Omar Pacheco: Guitarra, Argenis Camargo: Violín, Andrea García: Voz.
15:30 Horas: Mesas simultáneas de discusión.
Mesa I
La cerca cibernética, espejismo del desarrollo.

Arturo Alvar, (Amate Ediciones),
Manuel Pérez-Petit, (Sediento Ediciones),
José Miguel Lecumberri (Verso Destierro)

Modera: Hortensia Carrasco

Mesa II
La peña de la décima, la décima de mujeres y su versificación.
Reyna Morales (Xalapa, Veracruz)

16:15 Horas: Mesas simultáneas de poesía:
GOLEM EDICIONES, VERSO DESTIERRO y EHÉCCATL EDITOR
Mesa I
Lectura de Poesía
Adriana Tafoya, José Miguel Lecumberri, Dulce Chiang,
Ángel Carlos Sánchez, Andrés Cisneros de la Cruz, Hugo de Mendoza,

Mesa II
Hugo Garduño, María de Jesús Villalpando, Víctor M Muñoz,
Fernando Salazar, Gerardo Miranda, José Blas.

16:45 Horas: Presentación.
Mesa I
Presentación del libro experimental de Raúl Renán
A/salto de río (agonía del salmón): Presentan:
Adriana Tafoya, Saúl Ordóñez y Andres Cardo.

17:30 Horas: Mesas de presentación y charla
Mesa I
Periódico de poesía, entre la independencia y la autonomía
Ana Franco, Jorge Aguilera López y Eva Castañeda.

Mesa II
Presentación del proyecto Nación Alien
y Biografía de Emiliano el Tlacuache y su propuesta pedagógica.

18 Horas: Presentación de la antología La semilla desnuda.
POETAS EN CONSTRUCCIÓN
Andrés Cisneros, Santos Velázquez y Porfirio García Trejo.

19 Horas: Recital de cierre.
Raúl Renán
Leopoldo Ayala
María Elena Solórzano
Roberto López Moreno

20 Horas: Quimera. Heavy Metal, poesía y música ranchera.

lunes, 2 de abril de 2012

!LA POESÍA, UN GRITO DE LIBERTAD! HOMENAJE METROPOLITANO AL POETA LEOPOLDO AYALA

14 de abril
Centro Cultural José Martí, 12 horas
Dr. Mora 1. Co. Centro.
(Saliendo del metro Hidalgo)
Con la presencia de todos los colectivos organizadores


19 de mayo
CECOS, 19 horas
Calle Pájaro Azul 7, Col. Benito Juárez,
(a un lado del Palacio Municipal de Ciudad Nezahuaclcóyotl)
Con la presencia de Porfirio García Trejo y Adriana Tafoya


26 de mayo
Biblioteca Emiliano Zapata
16 horas. Calle Urano. Col. Los Sauces, Ecatepec.
Con la presencia de Adriana Tafoya

31 de mayo
Sección IX del SNTE.
19 horas. Belisario Domínguez 32, Col. Centro.

7 de junio
IPN Centro Cultural de Zacatenco Auditorio B, 19 horas
Av. Luis Enrique Erro, esquina Av. IPN. GAM.
(a varias cuadras del metro Lindavista)
Con la presencia de Ángel Carlos Sánchez
y Andrés Cisneros de la Cruz


16 de junio
CC Talleres Comunitarios
18 horas. Laguna de Zampoala 19.
Col. Pirules. Ciudad Nezahualcóyotl.

24 de junio
Radio Chapingo


Septiembre (fecha por definir)
Foro Abierto de la Casa del Lago
12 horas, Chapultepec, Primera Sección.

4 de octubre
Galería Metropolitana de la UAM, 19 horas
Medellín 28, colonia Roma.
(metro Insurgentes)
Con la presencia de Roberto López Moreno

Octubre
TORNEO DE POESÍA
En homenaje a Leopoldo Ayala